¿De dónde salió esa frase que la traigo de Cuba pero olvidé su autoría? Ahora mismo no encuentro respuesta en mis recuerdos aunque bien podría googlear y averiguar. Solo se que "pelo suelto y carretera" era algo de lo cual nos reíamos mi esposo y yo mientras soñábamos con recorrer lugares desconocidos en un carro que no se pareciera al Mitsubitchi del 84 que teníamos en Cuba del cual es mejor ahora ni comentar, porque aquel "Halcón Rojo" como le llamaban, en realidad era un peligro.
Pues sí, los sueños de arrancar un auto, "soltarme el pelo" y recorrer nuevos caminos escuchando y cantando la música que más nos gusta se han hecho realidad ahora que vivimos en otra tierra. Por eso al menos dos veces al año planificamos escaparnos para dedicar tiempo exclusivo solo para nosotros dos y disfrutarlo con toda la intensidad posible.
Así lo hicimos la semana pasada. Manejamos 11 horas para llegar a Arizona desde nuestra casa en Texas. Llevábamos varios meses trabajando duro en ciertos cambios para el bien de nuestra iglesia y queríamos celebrar esas victorias además del motivo principal, el cumpleaños de Jorge, mi esposo. El cansancio que se supone tras 11 horas de viaje se deshizo cuando vimos ante nuestros ojos una belleza extraordinaria, una maravilla natural de más de 400 kilómetros y a miles de metros de profundidad sobre el nivel del mar: El Gran Cañón del Colorado. Con razón el presidente Theodore Roosevelt lo llamó “the one great sight which every American should see” (la gran vista que cada americano debería ver). Es que es algo que te deja sin palabras y te permite reconocer una vez más la grandeza del creador de los cielos y la tierra.
Hay varias maneras de visitar el Gran Cañon. Muchos lo hacen desde Las Vegas en su propio auto o en excursiones dirigidas desde allí, por carretera o en helicóptero. La zona del Cañón más cercana a Las Vegas se nos quedó pendiente para una próxima visita al igual que una expedición al mismísimo Río Colorado que por ahora solo pudimos divisar desde los famosos Mojave y Hopi points. Se necesitan más días para conocerlo todo, así que esta vez escogimos el South Rim porque sus paisajes nos parecieron espectaculares en las fotos que habíamos visto, además de quedarnos más cerca (si se puede llamar cerca a un recorrido de 11 horas). Lo cierto es que dos días de estancia fueron insuficientes para hacer cada trail en su totalidad. Eso sí, aprovechamos cada minuto y logramos recorrer las rutas Anaranjada y Roja con sus espectaculares puntos de vistas, un tercio del South Kaibab Trail y la primera parte del Angel Bright Trail, ambos repletos de vistas impresionantes.
Además de las vistas únicas y sobrecogedoras, la presencia indudable de Dios y la compañía insuperable de mi esposo, disfruté caminar y caminar sin hacer caso del cansancio al final del día. Disfruté cada click que hicimos con la cámara o cada clip de video que atesoré en mi teléfono. Disfruté hasta lo sumo de los contrastes en los paisajes, los vívidos colores y las figuras que se nos antojaban parecidas a "algo" en las formaciones rocosas, además de toda la vegetación. Disfruté la dicha de vivir esos momentos y me di cuenta de lo mucho que otros también lo disfrutaban. Me encantó ver personas de la tercera edad contemplando el paisaje y tomando su café sentados con los pies extendidos hacia el vacío entre las rocas. Me impresionó verlos hacer senderismo y pude detallar que a pesar de la edad estaban en forma. Es que de otra manera es imposible, porque no es mentira que el ejercicio de bajar y luego regresar al punto inicial escalando tantos peldaños, es intenso. Quiero estar así como ellos cuando pasen los años, pensé. Así que me seguiré esforzando para mantenerme lo mejor que pueda con la ayuda de Dios.
Esos lugares nos desafían a vivir mejor, a alejarnos del bullicio y la locura de estos dias para acercarnos más a Dios y a darnos cuenta del pequeño lugar que ocupamos en el mundo. Aún así sabiendo que somos pequeños entendemos una vez más que con Su ayuda podemos continuar el camino.
Les dejo por aquí nuestro vlog (con "v") de viaje al Gran Cañón, no necesito escribir más porque en el video está todo. He recargado mis baterías y espero que la carga me dure hasta que vuelva a soltarme el pelo para disfrutar junto a mi esposo de esos nuevos lugares a donde nos lleven otras carreteras.
NUESTRAS FOTOS DEL GRAND CANYON MIRALAS AQUI
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